Deidad perfumada...
¡Atmósfera perfumada al ángel inmortal!...
¡En manos fastuosas
espíritu en sosiego!...
¡Expansión infinita en el benjuí
y el incienso!...
¡Corazón poderoso...
en íntimo instante
tibia velada
con Diosa amada!...
¡Me sumerjo en el indomable
resonar de tus plegarias!...
¡Oh
hermosa Diva enséñame tus secretos!
¿Calláis lo incontable?
¡Aspiro a tu hálito puro...
embriágame sin cesar
en la poesía de tus virtudes!
¿Quien si no tú
para abrirme los ojos a eternas centellas?
¡Extiendo mis besos ardientes
en el mosaico de tu alargada esfinge…
tibios como la sangre...
en presagio de iluminados crepúsculos!...
¡Tu amor es incorruptible...
a él...
mi cuerpo y mi alma
en fuente de Nácar!...
Enrique...
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