miércoles, 11 de junio de 2014

Reflexiones: Un mundo sin quejas!...




Cuántas monsergas
tiene un@ que aguantar para decir ya basta...

Lenguas entrenadas en quejas continuas...

Cuántas personas...
necesitadas de vaciar sobre otras
sus basuras mentales...

Quien se considera papelera...
que así lo asuma...

Quien no...
no al abuso de oír desencantos
perennes...

En estaciones sumergidas…
en llantos visibles o contenidos...

Como reos meditabundos...
en soga de malos presagios
o acontecimientos nefastos...
excesivamente ventilados...

La frialdad de helados sueños...
escalofríos en el alma por ser condescendientes...
permitir
lo inconveniente...

Quien en sombras se nutre...
sus vómitos de fatalidades...
en lenguas pendencieras...
bocanadas de mala suerte...

No ser receptivos
a avalanchas de catastrofismos...
dramones...
y parodias de bajezas
en comportamientos humanos...

Fuera mascaras falaces...
habladurías…
críticas destructivas
exentas de decoro...

Los oídos…
ánforas de sutilezas...
aljibes de emociones...
vaginas de amores en orgasmos
de sonidos y palabras...

¿Quién es quién para ir contaminando…
lo limpio?...

Una cosa es desahogarse
en un momento preciso...
en la necesidad de compartir lo sufrido...
lo doloroso...

Es normal y bueno...que lo hagamos
en momentos determinados...

Más allá...
no dar pie
a invasiones prolongadas...

Adquirir criterio...
decir:
 no quiero tantos tormentos...

Alejarse...
apartar...
eludir...respetar...

Respetarnos a nosotros mismos...
no siendo barreduras de escombros
descalabros de otros...

Los Maestros...
siempre han repetido;
“Que hay que dar gracias a dios...
en todo tiempo y lugar”...

Las palabras dignas
saltan de arboles en piedras...
alzan al azul del cielo
formando nubes de esperanza...

En caracolas nuestros oídos...
en mareas de sollozos...

En sorda caverna mi cráneo
ha puesto barreras...
el latir de mis arterias
para sintonizar en arroyos
de optimismo!...

Oh!…
Dios!…
De qué modo espanto

lo lúgubre y la inquietud?…

 
Enséñame...
no quiero ser cómplice
del cáliz de una rosa
cuyas plegarias se destinan solamente a sus espinas...

Hay tanta belleza y bondades...
que no difundirlas
en cabezas cabizbajas y tristes...
nos contaminan...

Desprendido de toda falsa cortesía...
arrebato contra el verbo dañino...

No me avergüenzo en callar la boca...
de quien solo hable lamentaciones...

Demos lugar…
espacio...
anchura y horizonte...
a la buena ventura
de convertir desiertos en oasis de flores!...

Con cariño y respeto...



Enrique...  

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