maduras como lo eres tú...
Es un cuento...con los ingredientes
del;romanticismo...ironía...humor...
trascendencia...metafísica...y como no...
Moraleja!...que siempre aporta aire
fresco y nos hace mirar las cosas...
y las personas con otras perceptivas...
Es la historias de dos seres...
que se encuentran en los caminos
de las vida...y comparten las intimidades
más ocultas que todo solemos
llevan en nuestros adentros...
Un acto de espontaneidad...
donde los personajes se confiesan
el uno al otro...
con la belleza de
sentirse queridos...
valorados...comprendidos...
valorados...comprendidos...
Érase una vez dos tortugas jóvenes... Petra y Pedro...DOS TORTUGAS Y UN DESTINO...
llenas de vida, se conocieron una tarde de
verano, en una fiesta campestre cerca de un lago de aguas azules y
centelleantes.
Los anfitriones,
unas luciérnagas que dieron
a sus invitados toda clase de atenciones: un néctar de flores, un recital de grillos y un fuego
artificial producido por sus diminutos cuerpos.
Embriagados por
la luz de la luna y sus reflejos metálicos en el agua,
se enamoraron perdidamente el uno del otro.
Transcurrieron los años y su amor no disminuyó, andaban por todos los caminos, discutían temas domésticos,
triviales, de filosofía, arte, metafísica; de todo un poco, para que el aburrimiento y el
encasillamiento no los alcanzara.
Hasta que un día de frío invierno, en un
cruce de caminos, la mente de Petra se bloqueó en un proceso de reflexión; se miraron a los ojos y le dijo a Pedro:
– Tengo algo que contarte
– Dime querida, ¿qué te pasa?
– Desde niña he disfrutado de la vida, mis padres fueron buenos,
atentos y jamás les oí renegar de nosotros sus hijos, ni de nadie.
Bailaba, cantaba
y estudié lo que quise ...
Pedro, inquieto le insiste:
– Pero... ¿qué es Petra lo que amarga tu felicidad? acaso soy yo el
responsable de tu desgracia?
Contéstame te lo ruego...
– No Pedro, no;
lejos de mí ese pensamiento,
mis tormentos son otros,desde pequeña mi capacidad de
observación ha sido grande,
me he fijado en los mínimos detalles,
la verdad es que no me podía quejar, era la
tortuga más bonita de todo
el bosque y mis pretendientes se contaban por docenas.
Siempre he convivido con mis parientes,
llenos de optimismo y comprensión, estaba en un
mundo exclusivo de tortugas.
– Pero... ¿dónde está el problema
Petra? si lo que estás contando es
maravilloso, has tenido una infancia feliz y espléndida cómo entristecerte?
– Pedro, la cuestión está en que desde que
te conozco, he abierto mi círculo de
amistades, estamos andando siempre de acá para allá, hemos dejado el plácido refugio del bosque para recorrer caminos
interminables que si bien es verdad me han enseñado muchísimas cosas y es
precisamente algo de eso con lo que me entristezco. Mi sentido de la observación no ha dejado de funcionar, y como tú también te habrás percatado, estamos rodeados de un mundo que no
conocemos. Cuando era pequeña me comparaba
con el medio en que me movía, pero ahora
Pedro nos cruzamos con una multitud de seres que luchan por sus vidas en los
bosques, caminos o matorrales.
Cuántas formas
diferentes y, que infinidad de matices
guarda esta madre naturaleza ¡
Pedro ya impaciente:
– Por favor, ¿me quieres decir
ya que te ocurre? me tienes preocupado, nunca había oído ese tono de
voz tan melancólico
– Pues bien, me he
dado cuenta que no soy tan bonita como yo pensaba, he conocido a la “LIEBRE” y mi esquema de
belleza ha cambiado, ver su estilizada forma, su fibra muscular, sus potentes,
largas y flexibles patas, sus almendrados ojos con sus revueltas pestañas, sus labios de corazón, su piel cubierta de suave pelo, agradable al tacto, su
velocidad para cambiar de lugar en unos segundos, todo ello y mucho más, me hace verme como algo feo, no hecho para el amor, me
siento hundida en complejos malignos, me miro, y no encuentro nada que me
guste, quisiera que se fundiera este molde tan primitivo que la vida me ha
dado, este caparazón que me tiene
raptada desde el día que nací, liberar mi cuerpo de este sepulcro, todo es duro a mi
alrededor, tengo forma de adoquín.
Me han llegado a
decir que estas cosas ocurren con la edad, que no me fije en los demás, pero no entienden deberían experimentar el peso de este claustro, la limitación de mis movimientos, lo torpe de mi andar, la soledad de
mis carnes, para darse cuenta que una hembra como yo, sensible y romántica, sufre...
– Querida, cuanto
me conmueve lo que acabas de decirme, es verdad que
los dolores de uno no son transferibles, que muy pocos son capaces de
entenderlo pero, te tienes que reponer ...
Qué tres deseos quisieras que te fueran concedidos para
aplacar tu desconsuelo? -
– Pedro, tres
deseos vuelan en mi cabeza además de quitarme
este amorfo disfraz, el primero es comprarme un camisón de seda color champagne, para que en una noche vestida
de estrellas, cuando las flores manden sus mensajes de amor en sobres de
fragancias, tú puedas pasear
tus manos sobre él, y descubrir
las líneas de mi
cuerpo, ansioso de quererte.
– Calla Petra,
estas haciendo que se me suban las burbujas de ese champagne a la cabeza. Pero
dime Petra, ¿dónde se compran
esos camisones? -
– En galerías Printemps
– ¿Y qué es Printemps?
– Printemps quiere
decir Primavera en francés, es una tienda
de la quinta avenida del bosque, está junto al
surtidor de bellotas escarchadas -
– ¡Ah, ya sé!, pero Petra... si esa tienda es de la familia estirada
– Y quién es, Pedro, esa familia? -
– Pues, el Pavo
Real, el Flamenco y la Ardilla presumida
– Pues a mí me da igual, “lo quiero en color champagne”.
Mi segundo deseo
sería tener las piernas largas, finas, suaves y revestirlas
de unas medias que estilizaran mis curvas y que en el límite de esas piernas no hubiera este caparazón, igual que un cinturón de castidad que castiga mis pasiones.
– Pero Petra, me estas dejando boquiabierto, no
intuía que andarás tan revuelta.
– Y mi tercer
deseo sería, tener unos
labios más bonitos y pintármelos con una barra de las que hacen con polvo de roca,
pigmentos y aceite de cocotero. Quisiera un color carmesí para que mis labios hablen de mis deseos, aunque mi voz
no salga de mi garganta.
– Pero Petra, qué asoma por tus
ojos?
– lágrimas Pedro, lágrimas ...
– Puestos a
confesar, yo también tengo tres deseos ,el primero es tener unos vaqueros de
los que maltratan lavándolos con
piedras, bien apretados y ajustados en las ingles.
– Pero Pedro, cómo puedes pedir una ropa tan ajustada y hortera? -
– Precisamente por
eso Petra, la quiero ajustada para que se note que yo soy el macho. Llevo
arrastrando toda la vida una pena que me ahoga, “se me confunde”, mis partes
nobles no pueden enseñar su realeza,
tengo que dar continuamente explicaciones acerca de mi desesperación, he pensado atarme un globo, ponerme un luminoso en el
lomo, o hacerme una pintada fosforescente y que todo ello dijera ...
Yo soy el
macho...
Yo soy el
macho...
Yo soy el
macho...
No sabes Petra lo
que es, que alguien se te acerque con malas intenciones, te guiñe el ojo y te haga carantoñas, la sangre me hierve y los ahuyentaría a golpes, pero mis cortas manos me lo impiden, he
pensado en poner dos retrovisores a esta carrocería mía para así, evitar acercamientos peligrosos. Es una dura pena tener
que hacer gárgaras con hierba
silvestre para tener una voz más grave y
profunda... y todo para que a uno no lo confundan.
Mi segundo deseo
es poder llevarme un pitillo a la boca, como lo hizo Humphrey Bogart en “Casa Blanca”.
– Pero Pedro, si
el tabaco te hace toser.
– No importa, la
cuestión es el clímax que él crea.
– Pero Pedro... no
te das cuenta, que el pitillo te podría convertir en un
cenicero?.
– Da igual, si
Tu...apagaras el fuego de tus pasiones en mí, no me importaría terminar entre
cenizas.
– ¡Qué encanto eres Pedro!... -
– Mi tercer deseo,
estar tumbado en una playa de arena blanca, en la isla de nuestras hermanas
mayores los Galápagos, allí está nuestro paraíso: sol caliente, comida abundante, larga vida; podríamos tomar un baño de luz sobre
toda la extensión de nuestra
piel, sin este caparazón que a mí también aprisiona.
Poder hundir mis dedos en arena limpia y tomarme una piña colada. -
– Pero Pedro...,
me da la impresión de que has
visto muchos anuncios de agencias de viajes.-
– No Petra no, ese
es mi sueño. -
– Pero Pedro!, Qué asoma por el rabillo de tus ojos?. -
– lágrimas Petra, lágrimas...
A todo ello, un lobo en caza, se fue
acercando sigilosamente sobre la punta de sus patas, olfateando el aire, moviendo
sus orejas, mirando con mucha atención. Una vez
observada la escena, se abalanzó con furia sobre
las tortugas, lanzándolas por los
aires, poniendo a prueba sus potentes mandíbulas y colmillos sobre aquellas conchas. Cogía una y soltaba la otra, volaban y caían al suelo, revolviéndose en el polvo del camino, el lobo en un ataque de
nervios y de hambre, empleó toda su fuerza y
astucia en hincar el diente a las tortugas.
Después de un rato que pareció una eternidad, se alejó de ellas pensando en qué dura se había puesto la vida
para saciar el hambre.
Pedro y Petra totalmente aturdidos,
abrieron los ojos.
– Petra, Petra, cómo te encuentras?
– Muy mal querido,
me estremezco de susto, esto ha sido peor que un terremoto, solo tuve tiempo de
encoger mis patas y mi cuerpo en el caparazón, oyes Pedro ese sonido?.-
– Sí Petra, suena como a tambor, qué es?
– Son mis rodillas
que tiemblan de miedo, cuando me vi en el aire dando vueltas, me acordé de lo mal que lo ha debido pasar ese que se llama igual
que tú.-
– ¿A quién te refieres Petra?
– A ese Pedro
Luque, un humano que han enviado metido en un tubo, a un país donde el cuerpo no pesa, ahora entiendo porqué a esas criaturas les ponen pañales. Y tú Pedro ¿cómo estas?.-
– Yo... ¡Attttchus!,
perdona querida este estornudo, tengo las narices llenas de polvo, me duelen
todas las articulaciones, oí una y otra vez
como ese lobo rallaba con sus dientes mi caparazón. Qué miedo más espantoso, todavía tengo el corazón agitado y la piel blanca como la muerte. Sabes una cosa
Petra, hay que darle la razón a aquel
visionario: Calderón de la Barca,
que decía que: “la vida es sueño”.-
– Pedro, si la
vida es un sueño, esto ha sido
una horrible pesadilla...
– Petra, la vida
es sueño y no somos
nada, en cualquier momento... ¡flash! Y uno pasa al “club de las
tortugas muertas”. -
– Pues sí es verdad Pedro, si no fuera por este chaleco
anti-dientes que Dios nos ha dado qué hubiera
pasado?...
Pues muy simple
Pedro, a ti te hubiera cogido con tus vaqueros ajustados, para lavarlos como a
ti te gusta, sacudiéndolos sobre las
rocas, luego te hubiera arrastrado para que tu cabeza echara humo como un
pitillo y en vez de tomarte una piña colada, este
lobo te hubiera “colado” por su garganta.
– ¡Calla Petra!, que
aunque esté feo que lo diga
un macho como yo, se me está poniendo la piel
de gallina.
Petra, si a mí me hubieran sorprendido en vaqueros, recuerda que a ti,
lo hubiera hecho en camisón transparente y
sugestivo, con tus largas piernas envueltas en esas medias, sin tiempo para
seducir al lobo. Después hubiera besado
tus labios carmesí, no con pasión sino como despedida, para luego merendarte en paños menores.
– Pedro, hay que
recordar este día el resto de
nuestras vidas, jamás se me ocurrirá quejarme de esta magnífica concha que nos reviste, además... sabes?, me estoy dando cuenta que hasta ahora no me
había fijado más que en sus
inconvenientes y sin embargo además de salvarnos la
vida, como lo ha hecho, vivimos en ella de una forma muy confortable, abrigados
del viento, lluvia, nieve y frío, su dureza no
tiene igual y su color verde esperanza, nos oculta en la maleza como casas
adosadas que pueden cambiar de aire o de jardín, cada vez que les plazca.
– ¿Sabes Petra?, me
voy a hacer una inscripción en mi concha
que diga lo siguiente: Por estúpido e ignorante,
me pasé la vida quejándome, pero gracias a esta concha, mi vida todavía ande.
– ¡Qué bonito Pedro!, yo quisiera otra, la mía que diga: la belleza es interior y la vida es tan
hermosa que, un simple beso tuyo me convierte en mariposa.
– ¡Qué maravilloso Petra!, si es que estamos hechos el uno para
el otro
– Pues claro que sí, grandullón
– Anda, tortuguita
mía, te voy a invitar para celebrarlo a unas copas de aguavivas,
en un riachuelo que yo conozco, y luego, te voy a llevar a un zarzal para que
te comas unas moras divinas que, te van a poner los labios más bonitos que a “la Garbo”.-
– Que cosas
tienes...
– Sabes Petra?, no se que habré hecho yo para merecer que el amor y la inteligencia, se
unan en una misma musa...
Te quiero...
– Yo también Pedro... yo también!...
Colorín colorado, este
cuento se ha acabado!
Que no nos pille el lobo “quejándonos”.
Enrique...invitado...a una
fiesta de tortugas...
Simplemente Precioso...!!! Reune la inocencia necesaria en un cuento, la picardia de la vida bien vivida y la sabiduria de quien ha conjuntado el conocimiento mas la experiencia...
ResponderEliminar"Todo es perfecto en esta realidad"...: el sueno creado por Dios...!
Felicidades... por favor escribe mas cuentos...
Desde la sintonia del Ser...!