Este libro tiene sus puertas abiertas,
amplias ventanas, rincones cómodos para la tertulia y las profundas miradas.
Sus textos contienen todos los
ingredientes
para satisfacer a
mentes despiertas y corazones ardientes.
No entro en batalla de
esgrima literaria,
con todos mis respetos,
he pretendido transmitir
sensualidad, emociones
y sentimientos, sin perderme demasiado en el juego de las palabras, haciendo entendible un texto hecho para compartir
como
si pan fuera,
crujiente y a la vez tierno.
Jugar con ellas, que
sea divertido, revelador,
o simplemente
travesura acercándome
a las letras que se
amontonan construyendo
palabras, se
multiplican y crecen como los
corales reflejando
matices y texturas
en un mundo sumergido
en las cálidas aguas
de un mar profundo,
salado, apacible,
que guarda en sus
entrañas las ánforas
de mil navíos hundidos
en sus aguas;
y de nuevo, de vuelta
a la superficie,
ánforas o palabras
repletas de sabores,
olores, recuerdos y
algunas cruzadas.
Palabras con Mirada nace del recuerdo,
del olvido, intenta
que vayan juntos,
de la mano,
lo divino y lo humano,
sin tapujos ni reglas,
rompiendo los marcos,
para que se recuerde o se entienda
nuestro
origen más fino,
y pulir poco a poco nuestra horma más densa.
Nos invita a un viaje,
un paseo, un cuento…
Acurruca en el
repliegue de sus hojas el brillo
de unos ojos que han
mirado de cerca lo que la vida enseña.
Enfatiza la sencillez, ama,
dueña y señora de un
castillo que guarda
mil tesoros tan
valiosos, frágiles y tímidos como el cobijo de un acertijo.
Nos transporta a lo
trivial, unión del grupo
que lucha por dar y
mostrar su linaje,
permeable, flexible y
fuerte como el hambre y el coraje.
No juzga, ni critica,
ni condena,
es un abrazo libre de
toda culpa y sospecha.
Rompe conceptos,
abre brechas,
no profetiza ni vende
recompensas.
Susurra a las palabras para que
se muestren de par en
par,
Ofreciendo con amor lo más íntimo de una flor (su
aroma, su color).
Despierta el instinto
de un sexo sediento,
que pide a gritos
gozar sin límites,
éxtasis en el centro
de una galaxia que regala
a sus amantes un mundo
con más… sonidos y guirnaldas.
Palabras con Mirada muestra imágenes
amadrinadas por un hada.
Color, texturas y
luces que lucen
en las mejillas de sus
páginas,
imágenes para
recordar, revivir,
disfrutar o simplemente
perderse en la lejanía de lo íntimo.
Colores que embriagan e impregnan
entregándose sin
reserva como una ofrenda,
pinceladas de un arco
iris que ríe a sabiendas
que sus colores por
doquier se derraman.
Plasma fotografías
como tatuajes no
perennes sino
cambiantes y reconfortantes para el alma.
Palabras con Mirada, en su
construcción,
dos pilares, por un
lado las palabras,
por otro las imágenes,
forjando entre ambas
un puente por donde asomarse
a aguas limpias y
delicadas
llamadas lágrimas,
cálidas y,
cómo no, saladas que
se asoman
por la comisura de los ojos, se deslizan por lindas
caras,
lágrimas que enjuagan y calman el anhelo de ser amado
o amada.
Perdonen si exalto
demasiado mi libro,
no son palabras de
arrogancia o pedantería,
son los mejores
sentimientos de
un padre por ver a un
hijo querido
y bien nacido,
alumbrado en la tenue luz
de muchas noches, en
el brillo y despertar de otros tantos días.
Os deseo un cielo
azul,
una lluvia de
estrellas, un espacio
sin fronteras donde
poder extender
las alas libres,
felices, digno de una gloria
que se arrodilla para
acercar sus amorosos labios, su dulce mirada.
Con cariño y respeto...
Enrique... para servirte...

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PRÓLOGO...
Lame el mar la orilla con la naturalidad
de lo eterno, se cristaliza el agua sobre la arena y se transforma en cristal
de colores cercanos, la magia del día y de la noche se abrazan en reflejos de
instantes detenidos, figuras en movimiento se detienen como si quisieran sujetar un espacio en blanco.
De los libros siempre me ha llamado la
atención, en primer lugar, la portada. Es como una puerta que hablara en
silencio de los habitantes del interior.
Cuando la portada gira y el viento mueve
las páginas, entonces la mirada se convierte en palabras.
Con la lenta maravilla del tiempo
plenamente vivido, Enrique Romero ha enlazado íntimamente miradas y palabras,
complementándose, necesarias, claras, concisas, transparentes.
Una sola palabra puede sembrar de
semillas nuevas el destino, y una imagen transportarnos a un mundo imprevisto
de sueños y sugerencias.
Enrique convierte en arte la mirada,
sabe captar de manera magistral el universo (aquí diría él: Enrique buscando el
universo) encendido de la belleza que nos rodea pero que sabe escudriñar con enorme
sensibilidad, como si en su interior anidaran lo pequeño y lo inmenso conviviendo en paz,
imágenes en armonía que luego colorea adentrándose en un mundo sugerente con
plenitud sorprendente de creatividad, como un pintor minucioso que ofrece la fuerza
escondida de otra realidad posible, artesano minucioso de la perfección humilde de una hoja de
un árbol o la divinidad de paisajes casi infinitos.
Entonces brota, surge, se ofrece la
palabra, la otra mirada, la necesaria, la que camina más allá de los colores,
los complementa con sensaciones, vivencias, reflexiones, los instantes mágicos de los
abrazos, del viaje, de los amigos, de la contemplación cercana, de la entrega en el amor, del
juego de la sexualidad. La cercanía de lo terrenal y la aventura de las ideas,
como una entrega de sí mismo sin tensiones, sin drama, con un equilibrio de funambulista en
el sosiego interior y la observación de lo externo, compenetrándose con una sencillez que sorprende, tan
cercano a la espiritualidad como a la inocencia de un niño cuando contempla y describe sus sensaciones y conocimiento.
Palabras con Mirada nos acerca a Enrique
Romero, el artista y el hombre, a su trabajo fotográfico y a su pensamiento. No ejerce de poeta, pero en cada imagen, en
cada frase, en cada palabra, late la verdadera esencia de la poesía.
Este es un libro para leer y contemplar
sin prisa, en soledad, pero también para compartir, para regalar, para
comentar, para vivirlo, en suma, con los otros.
Escribir es un ejercicio de libertad,
átomos de palabras y de imágenes que giran en desorden y luego son atrapadas.
Enrique contempla lo que lo rodea y luego lo
amasa como pan recién horneado que ofrece con la abundancia de la generosidad,
con su harina de imágenes y palabras, como una luz encendida en los tiempos actuales.
Como él mismo escribe: Estoy en lo más profundo de la superficie, y en la superficie de lo más
profundo.
Pedro Enríquez
Poeta, miembro de
la Academia de Buenas Letras de Granada
Comentarios :
Rafael Álvarez
"El Brujo"...
Uno, de lo más
importantes actores de los tiempos actuales...
De fama reconocida, por
sus enormes dones sobre las tablas...
Por su genialidad en
interpretar las emociones y entresijos de la conducta humana...
Un hombre... digno de ser
admirado ,aplaudido...
y respetado como un valor
intangible del Arte escénico...
Adjunto...su apoyo al
libro: "Palabras con Mirada"...